
De acuerdo con el informe La fuerza de trabajo en salud en las Américas: datos e indicadores regionales, publicado el 30 de abril de 2025 por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), 14 de 39 países en las Américas enfrentan una carencia crítica de médicos, enfermeras y parteras y trabajadores de salud en general. El documento proyecta que, si no se implementan intervenciones inmediatas, el déficit de personal podría alcanzar entre 600.000 y 2 millones de profesionales de salud para el año 2030.
La advertencia tiene implicaciones directas para la cobertura y calidad de los servicios sanitarios, en especial en zonas rurales, comunidades indígenas, asentamientos urbanos precarios y regiones en crisis migratoria o institucional.
“El personal de salud es la columna vertebral de nuestros sistemas sanitarios; sin ellos simplemente no es posible hablar de acceso ni de cobertura universal”,
enfatizó el doctor Jarbas Barbosa, Director de la OPS.
La desigualdad en la densidad de trabajadores: un reto persistente
Aunque la densidad regional promedio es de 66,57 trabajadores de salud por cada 10.000 habitantes, por encima del umbral de 44,5 recomendado por la OMS, el informe revela profundas brechas entre países. Mientras Haití (6,38) y Honduras (7,13) reportan cifras críticas, Estados Unidos y Cuba superan los 130 trabajadores por cada 10.000 habitantes, casi cuadruplicando la meta.

Estos datos confirman que el desafío no se limita al número de profesionales, sino a su distribución desigual, la migración de talento, la capacidad formativa limitada y el envejecimiento progresivo de la fuerza laboral en varios países.
Análisis por ocupación: una mirada segmentada al recurso humano
El estudio desagrega información por ocho ocupaciones clave: medicina, enfermería, partería, odontología, farmacia, fisioterapia, psicología y trabajadores comunitarios, con hallazgos que exponen diferencias estructurales:
- Enfermería: es la ocupación con más datos disponibles y mayor feminización (89,78 %). Las densidades van de 131,5/10.000 en EE. UU. a apenas 3,84/10.000 en Haití.
- Medicina: aunque la media sigue siendo levemente masculina (51,3 %), un tercio de los países muestra una mayoría femenina, indicando feminización progresiva.
- Psicología: solo 14 países reportan datos; destacan Argentina (17,98) y Costa Rica (16,85) por cada 10.000 habitantes.
- Partería: escasamente reportada fuera del Caribe anglófono y algunos países andinos; una brecha preocupante dado su rol en salud materna y neonatal.
- Odontología: 34 países reportaron cifras. Cuba (16,71), Chile (14,81) y Paraguay (12,81) lideran.
- Farmacia: los más altos indicadores corresponden a Costa Rica (11,56) y Canadá (10,54).
- Fisioterapia: con solo 18 países con datos, Chile (18,46) se posiciona como líder en la región.
- Trabajadores comunitarios: vitales para atención primaria, pero con escasa información fuera de Brasil y el Caribe.
La edad importa: envejecimiento laboral y necesidad de reemplazo
Si bien la mayoría del personal se concentra entre los 35 y 44 años, en países como Estados Unidos y Guatemala, casi la mitad de los médicos tienen más de 55 años, lo que anticipa un recambio urgente. La renovación generacional, combinada con la necesidad de adaptar la formación a nuevas realidades epidemiológicas, se vuelve una prioridad estratégica para los gobiernos.
“Sin una acción decidida, estas brechas limitarán la capacidad de los sistemas sanitarios para responder a las necesidades de la población”, alertó el doctor James Fitzgerald, Director de Sistemas y Servicios de Salud de la OPS.
Recomendaciones: fortalecer la información, la formación y la distribución
La OPS plantea varias líneas de acción clave:
- Fortalecer los Sistemas de Información en Recursos Humanos para la Salud (SIRHS) para monitorear disponibilidad, movilidad y necesidades por territorio.
- Aumentar la formación en áreas críticas, como psicología, fisioterapia y partería, donde los déficits de personal son estructurales.
- Diseñar políticas intersectoriales de retención, que incluyan condiciones laborales dignas, incentivos en zonas apartadas, y oportunidades de desarrollo profesional.
- Promover acuerdos regionales para mitigar el impacto de la migración de personal sanitario, en especial en el Caribe y América Central.