
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la inmunización previene entre 3,5 y 5 millones de muertes al año por enfermedades respiratorias como la difteria, el tétanos, la tos ferina, la influenza y el sarampión. En 2024, las infecciones respiratorias ocasionaron más de 4 millones de muertes a nivel global, afectando de forma significativa a niños menores de cinco años.
Las vacunas no solo previenen enfermedades graves, sino que también activan el sistema inmunológico para que el cuerpo pueda combatir infecciones futuras de forma más eficaz. En este contexto, los programas de inmunización infantil han sido clave para disminuir la incidencia de infecciones respiratorias agudas, las cuales son responsables de un elevado número de consultas médicas y hospitalizaciones en la población pediátrica.
Neumonía: la primera causa de muerte infantil prevenible
Según datos de UNICEF, cada año mueren más de 725.000 niños menores de cinco años por neumonía, incluyendo 190.000 recién nacidos. Esta enfermedad, causada por bacterias, virus o hongos, afecta principalmente a los pulmones y dificulta la respiración. Su letalidad se incrementa en niños con sistemas inmunológicos inmaduros, desnutrición o escaso acceso a servicios de salud.
A pesar de ser prevenible y tratable, sigue siendo una amenaza silenciosa, sobre todo en regiones de bajos ingresos donde la cobertura de vacunas aún presenta brechas. Las vacunas conjugadas contra el neumococo y el Haemophilus influenzae tipo b han demostrado ser efectivas en la reducción de estos casos, pero aún persiste la necesidad de estrategias de inmunización integrales.
Bronquitis y VSR: patologías frecuentes con riesgos ocultos
La bronquitis aguda es una de las causas más comunes de consultas en pediatría, siendo originada mayoritariamente por virus respiratorios como el de la influenza o el rinovirus. Su transmisión ocurre por contacto directo o a través de superficies contaminadas, y aunque la mayoría de los casos son autolimitados, en lactantes puede evolucionar a cuadros más severos.
En cuanto al virus sincitial respiratorio (VSR), representa la principal causa de bronquiolitis y neumonía en menores de un año. En América Latina, la mortalidad por VSR en niños menores de dos años varía entre el 1,2% y el 2,4%, y en Colombia se sitúa en el 0,7%. Aunque parece baja, la elevada tasa de hospitalización y complicaciones asociadas lo convierten en un problema de salud pública prioritario.
Cabe destacar que Brasil reportó en 2023 que el VSR estuvo involucrado en el 10,4% de las muertes por infecciones respiratorias, lo que pone de manifiesto la necesidad de vigilancia y prevención continua.
Colombia y la carga de infecciones respiratorias
En el ámbito nacional, durante 2023 se reportaron 7.336.806 consultas por infección respiratoria aguda (IRA) en el sistema de vigilancia Sivigila. Aunque representa una disminución del 6% respecto al año anterior, las ciudades de Cartagena, Bogotá y La Guajira presentaron las tasas más altas de notificación. Esta cifra resalta la magnitud del problema y la importancia de fortalecer las estrategias de atención primaria y vacunación.
Estrategias de prevención: inmunidad materna y estrategia capullo
La vacunación durante el embarazo constituye una estrategia fundamental para proteger a los recién nacidos. A través de esta inmunización, las madres transfieren anticuerpos que ofrecen protección temprana contra múltiples enfermedades infecciosas, como la tos ferina y el VSR.
Adicionalmente, la estrategia “capullo” ha ganado relevancia como medida complementaria. Esta consiste en vacunar a los contactos cercanos del recién nacido padres, cuidadores, abuelos, profesionales de la salud para reducir el riesgo de transmisión de enfermedades respiratorias. De esta forma, se crea una barrera inmunológica alrededor del bebé hasta que pueda completar su esquema de vacunación.
Un llamado a cerrar brechas y fortalecer la inmunización
Aunque en 2022 se logró vacunar a 4 millones de niños más que en 2021, todavía 20,5 millones de niños no recibieron una o más vacunas de rutina, cifra que, si bien mejora frente a los 24,4 millones en 2021, continúa siendo superior a los 18,4 millones de 2019. La pandemia dejó lecciones importantes sobre la fragilidad de los sistemas de vacunación y la necesidad de mantener esquemas de inmunización sólidos y resilientes.
La educación, el acceso equitativo a los biológicos y la infraestructura sanitaria son elementos clave para lograr este objetivo. La implementación de estrategias digitales, como el carné de vacunación digital lanzado recientemente en Colombia para fiebre amarilla, representan avances hacia la trazabilidad y cobertura más efectiva en salud pública.